sábado, 6 de noviembre de 2010

Las 7 plagas (Parte 7)

La séptima plaga: La pobreza

Después de la Hipocresía, ésta es la peor de las plagas, y de todas, la más grande y la que más se sostiene en el tiempo. De hecho, en toda sociedad hubo y hay pobreza, porque su existencia radica en el egoísmo, la injusticia, y la codicia humana, algo muy común estos días, lamentablemente. Esta desigualdad, es sin lugar a dudas, responsabilidad única y absolutamente nuestra. Y digo ésto como ciudadano. y como ser humano miembro y partícipe de la sociedad de mi país, y del mundo. Por eso, también depende de nosotros que desaparezca, o por lo menos, que se atenúe. Dado que la pobreza es responsabilidad de la sociedad, sus causas son políticas, sociológicas, y debido a la ideología imperante en el mundo (capitalismo), principalmente económicas. 
   La existencia de la pobreza, se debe a la injusticia y desigualdad presente en cada sociedad en particular. Es decir, los pobres argentinos por ejemplo, se deben a malas políticas, o por lo menos ineficientes, del Estado argentino, a injusticias de la sociedad del país (es decir nuestras), y a la desigualdad entre las clases económicas.
   Entonces, es directamente consecuencia de la irresponsabilidad de los que deben aplicar las políticas de Estado para solucionar o combatir la pobreza, e impulsar el desarrollo económico de cada lugar en particular. Y otra vez volvemos a lo mismo. Si los políticos no hacen lo que deben, y se roban todo, o simplemente  lo hacen mal ¿quién es el responsable de cambiar esto? Principalmente, el pueblo, dado que la corrupción infecta todas las instituciones estatales. Y el pueblo, cuando lucha, por ejemplo, porque los niños en Misiones o en Tucumán no sigan muriendo de hambre, en un país agro-exportador, está luchando por sí mismo, porque el pueblo somos nosotros, pobres y ricos, hombres, mujeres y niños de Argentina. La mayor responsabilidad la tenemos aquellos que podemos comer, trabajar, estudiar, ya que somos los que realmente podemos provocar un cambio o un avance en la sociedad, dado que hay MUCHO por hacer, pero no parece que haya la voluntad necesaria para un cambio efectivo, aún.
   Pensemos por un segundo, que cuando muchos llegan cansados de trabajar a sus casas, de preocuparse por el tránsito, porque no les roben, por la inflación, porque los sueldos no alcanzan y los hijos crecen en una sociedad donde no hay valores fijos, otros, responsables de los sueldos, la educación, y el progreso del país, simplemente se van a dormir llenos de lujos, seguramente manejando el destino de todos nosotros, ya sea por ser nuestros empleadores (empresarios), o nuestros políticos, que a través de sus mafias gobiernan los destinos del país (tanto participando en la corrupción, como mirando para otro lado). Y hay un tercer grupo de personas, que no tiene muchas preocupaciones, pero las pocas que tienen son terribles: ellos se van a dormir con el estómago vacío, pensando  si podrán darle de comer a sus hijos mañana, y si consiguen algún lugar abrigado para dormir. ¿Les parece justo?  A mí tampoco...

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