miércoles, 29 de junio de 2011

Las 7 Plagas (Parte 8)

Epílogo

Consumismo, imperialismo, drogas, analfabetismo e ignorancia, mediocridad, hipocresía, pobreza. He aquí las causas de nuestro sufrimiento como humanidad. Todas nos afectan, directa o indirectamente. A la larga terminamos víctimas de alguna y hasta tal vez también victimarios de nuestro prójimo. La sociedad global se está dando cuenta que esta situación es insostenible. Un capitalismo que pronto destruirá la naturaleza que le da recursos, crisis en varios países porque no hay más posibilidades de crecimiento (no alcanzan las materias primas), más refugiados, tanto de países africanos, como Palestina y otros con alzamientos armados. Injusticias y desigualdades cada vez más evidentes y pronunciadas entre pobres y ricos en todo el mundo. Una cultura idiotizante que ya no nos puede esconder más la realidad. Y las grandes organizaciones mundiales, cómplices de los monopolios y estados imperialistas no generan soluciones, porque no tratan de cambiar el actual estado de cosas, sino mantenerlo. Y eso ya no es posible. Así lo muestran las crisis económicas mundiales, los terremotos y catástrofes naturales cada vez más grandes y repetitivas, como los levantamientos sociales, armados en países árabes, o pacíficos en Europa. Y no debemos confundirnos, no estamos presenciando la crisis de un sistema económico-ideológico como el capitalismo. No, es mucho más profundo. Es una crisis en nuestra forma de ver y entender el mundo. Porque no aprendimos que la explotación del hombre, sin importar el sistema que digamos defender, tarde o temprano termina en violencia. Y esta vez llegamos a tal punto, que incluso la naturaleza se está tornando violenta. Estamos ante una encrucijada como humanidad, de la que hay solo dos salidas posibles: o terminamos de destruir el planeta y por ende a nosotros mismos, o cambiamos absolutamente nuestra perspectiva de lo que es la vida, y buscamos el equilibrio material y espiritual, tan teorizado por teólogos y filósofos, pero tan poco buscado por nuestra sociedad en la práctica. Si mantenemos este curso de cosas, no solo nosotros seremos los que nos quedaremos sin futuro, sino toda nuestra descendencia. Es cierto que la vida sobrepasó varias crisis planetarias como ésta, y de alguna manera salió adelante. Pero en ese proceso varias especies se extinguieron. Hoy la raza humana corre peligro como especie, y aún no somos del todo conscientes de lo vulnerables que estamos.
   ¿Soluciones? Hace tiempo se hablan de estos problemas, pero aún así retrocedemos. Por lo tanto queda claro que si bien el diálogo y la discusión de los problemas es el primer paso, falta que demos los siguientes. ¿Y por qué no los damos cómo sociedad? Porque tenemos todo tergiversado dentro nuestro. Vivimos una vida acelerada en las grandes urbes, en busca de dinero para cubrir nuestras necesidades y a veces nuestra sed de lujos, pero nunca estamos satisfechos, siempre queremos más. Y esta insatisfacción cada vez es mayor. Buscamos gurúes espirituales, causas políticas, bienes materiales, fama, poder, porque no sabemos que hacer con nuestra vida, como llenar nuestra vacía existencia. Y los medios de comunicación reflejan esa violencia, que es tanto interna, como externa. Y ya no confiamos en nadie. Caminando en la calle, o en grandes aglomeraciones podemos estar rodeados por miles de personas, pero nos sentimos solos, y encima tratamos de caerle bien a los otros sonriendo, aunque estemos muriendo por dentro. Algunos en su desesperación, evitan darle importancia a los sentimientos, que les causan tantos sufrimientos, y simplemente se vuelven hipócritas, egoístas y superficiales. Otros se deprimen hasta el extremo, y otros buscan evadir continuamente la realidad que vivimos, por lo dura que resulta, a través de algún pasatiempo o droga, que muchas veces termina por convertirse en vicio.
    El problema está en el Ser Humano, y por lo tanto, también la solución. Y lo que nos define desde que nacemos hasta que morimos es la respuesta: la Educación. Es únicamente a través de una educación equilibrada tanto familiar como escolar, que podemos alcanzar una conciencia crítica, encontrar valores, y generar las bases de una personalidad libre de ideas que nos quieran imponer, o productos que nos quieran vender. Sin libertad, física, intelectual y emocional, no podemos amar, y sin amor, simplemente fracasamos. La libertad nunca puede ser individual, porque no nos sentimos completos como seres humanos estando solos. Para afrontar los cambios que debemos realizar en la sociedad, y que sin duda para bien o para mal, sucederán, necesitamos fuerza de voluntad,  bien encauzada en cosas productivas altruistas. Y la conseguimos teniendo un equilibrio emocional dado por una sana educación. Así nos sentimos útiles y queridos por los demás, y podemos encarar una meta de vida. 
   Sabemos que las cosas no marchan bien, por lo tanto ¡debemos revelarnos! Pero como individuos no lograremos nada. Hay que fomentar una rebeldía activa a partir de la unión, la rebeldía de un pueblo. Las revoluciones sólo pueden ser verdaderas, si primero son internas. Hay que ser activos, es la hora de luchar por los que aún no nacieron. ¿Acaso no se merecen nuestros descendientes un mundo en Paz? Tenemos que entender que no hay cosa más contraria a la Paz, que la pasividad. La Paz no es una ausencia de conflicto, es una dinámica, un estilo de vida, y no podemos brindarla si no existe dentro nuestro. Tratamos de calmar, no cambiar. Porque aún no entendemos, no somos conscientes o no queremos aceptar, que EL CAMBIO NO VA A VENIR DESDE ARRIBA, ni de líderes religiosos o políticos. El cambio solo puede venir de nosotros, juntos, como Pueblo, tanto de nuestra nación, como del mundo. Entendamos, de una vez por todas, que al lado tengo a una persona distinta que piensa diferente a mí, pero que quiere ser feliz y brindar esa felicidad a sus hijos, al igual que cualquiera de nosotros. No estamos solos, porque todos sufrimos lo mismo, en esta sociedad injusta que no da para más. Por eso, escuchemos al que sufre, a nuestro prójimo. Abramos los ojos y veamos que hay otros que quieren lo mismo que nosotros: un mundo mejor.  Nunca pierdas la Esperanza.

1 comentario:

  1. Eze gracias por el texto, es un reflejo de lo que muchos pensamos acerca de la realidad del mundo y de los seres humanos, solo pienso y trato de ver por momentos cual es la formula de poder transmitirlo y eso pienso es lo mas dificil el "poder consensuar con el otro" "poder llegar al otro", sin miras a convencer, pero si de compartir y construir y me sigue resultando dificil. Quizas sea cuestion de tiempo o de grandes crisis, porque mientras cada uno tenga su quinta y su amor propio se hace todo muy complejo y a largo plazo, y no se si es cuestion de naturaleza humana, o algo que un sociologo o estudioso de los que podemos oir, no dicen mas de lo que lo que vemos y todos sabemos y sentimos, cual es la respuesta, con el profundo respeto que siento por alguno de ellos, ninguno elabora un nuevo paradigma de paz, de justicis social y del projimo como a uno mismo... aunque no pierdo las esperanzas de poder ver en el futuro que las cosas cambien, es una reflexion que creo que serviria a las personas en cuando solo pensamos en nosotros mismos y nuestra forma de querer hacer y ver el mundo. gracias un abrazo

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