viernes, 9 de julio de 2010

Las 7 plagas (Parte 5)

La quinta plaga: Mediocridad
   
Una de las plagas más terribles, y más difíciles de erradicar, porque es subjetiva, propia de la conducta psicológica humana. Para definir a la mediocridad como plaga, debo necesariamente definir al hombre mediocre, y concuerdo mucho con el escritor y médico José Ingenieros. Si bien existió siempre la mediocridad, podemos decir que en esta época se acrecentó a niveles insospechados (como sucedió en toda civilización decadente), debido a la relativa seguridad política, económica, y principalmente al nivel de confort y lujos alcanzado. Esto mueve al mediocre a satisfacer sus apetitos constantemente, y se pierde atrás de deseos insatisfechos, generalmente vulgares, incitados y auto-justificados en la mediocridad reinante. Continuamente quiere más, y sin embargo es totalmente ingrato frente a lo que hizo posible la facilidad de su vida. Sólo le preocupa su bienestar y le nefregan las causas y los efectos de ese bienestar.  Es incapaz de hacer más de lo que le mandan, o lo que "debe", guiándose siempre por como lo ven los demás, y según la cultura y tradición impuesta, sin preguntarse nunca el por qué de lo que hace. El sólo quiere vivir "tranquilo" y sin preocupaciones, sin tener que rendir cuentas a nadie de sus acciones pasadas o presentes, y por lo tanto, sin moral alguna. El hombre o mujer mediocre, es aquel o aquella que es incapaz de concebir en su imaginación ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. Es dócil, maleable, carente de personalidad, sin deseos honestos de aprender. Vive según las conveniencias, y por lo tanto se vuelve solidario y cómplice de los intereses sociales que lo hacen borrego del rebaño social. Dado que vive buscando la facilidad y lo cómodo, se vuelve escéptico y hasta cobarde, con miedo de enfrentarse a lo que sabe que está mal, sólo porque no le conviene. Le cuesta amar a los demás y tiene problemas al hacerlo, porque en sí mismo luchan el amor egoísta que se tiene, y el amor que le tiene a otros. No acepta ideas distintas a las que le han impuesto por tradición, o las que previamente concibió, sin darse cuenta de que las creencias son tantas y tan variadas como hombres hay en el mundo. Lo más peligroso de esta mayoría (porque son una mayoría en nuestra sociedad), son dos cosas: pierde la capacidad de asombro y curiosidad, porque cree que ya sabe lo suficiente para "manejarse en la vida", y cree que otros, ya sean científicos, políticos, líderes religiosos, seres superiores o incluso Dios mismo, van a poder arreglar las cosas, simplemente para que él y los suyos sigan teniendo su bienestar! 
   Sin embargo, como dije son una mayoría, no el total de la sociedad. Existe una minoría, generalmente rechazada por los mediocres, porque perturban su comodidad, claro. Son los idealistas. Son personas individualistas, que conciben en su imaginación ideales legitimados sólo por su experiencia, que se proponen seguir utopías y quimeras (teniendo bien claro que ellos mismos no las podrán "disfrutar"), en los cuales ponen su fe, sacrificando el presente suyo, en pos del futuro de otros. No se supeditan a la voluntad de otros, ni a dogmas impuestos, y por lo tanto generalmente tienen problemas con la autoridad. Saben que el éxito no es lo importante, por lo que no buscan más, sino mejor. Son altruistas, porque entienden que el mundo no es de nadie, y a la vez es de todos, y comprenden que como pensamos diferente, debemos tolerarnos. Siguen principios morales aún si perturban su comodidad actual. Si bien surgen de todos los estratos sociales, todos los países, todas las culturas y religiones, siempre encuentran entre ellos puntos comunes, y definitivos, por lo cual unen voces. Tienen en claro el casi ilimitado potencial humano, y saben que si bien todos y cada uno de nosotros afectamos el mundo en mayor o menor medida, también podemos cambiarlo para bien. Se basan principalmente, en algo fácil de decir, y muy difícil de lograr: pensar por sí mismo, y dejar de lado mi propia comodidad, por la futura, mejor y bien lograda, de nuestros hijos, nietos, y prójimo en general.
Ahora, medita: ¿eres un mediocre, o alguien con preguntas e ideas? ¿qué te mueve en la vida? ¿por qué haces lo que haces? ¿te interesan o preocupan los otros?. Como mensaje, y pedido personal a todos ustedes, lectores, les digo: Tengamos Fe, y luchemos por un mundo mejor para los que vendrán. Vos, yo, y cualquiera de los niños que están naciendo ahora, PODEMOS cambiar el mundo en un instante, no lo dudes!

2 comentarios:

  1. Estimado Ezequiel: No creo que halla personas totalmente mediocres, en el sentido en el que la presentas. Mas bien pienso que el perfil de mediocre que describis es una componente que aparace mas continuamente en las epocas actuales.Con esto quiero decir que nadie se libra de ser mediocre en algun ambito de su vida siguiendo el hiloa de la perfeccion como manera de vida. Tal vez, pensar asi me vuelva mediocre. En fin creo que la mediocridad es un estado de paso en las personas, no es algo que nos marca para siempre. Y si en todo caso si asi fuera, lo mejor que podria pasarnos es darnos cuenta de esa situacion y encontrar en Dios el unico camino para poder seguir a delante. Saludos.

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  2. Todos tenemos momentos mediocres e idealistas. Hay que recatar, maximizar y utilizar éstos últimos!

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