domingo, 11 de marzo de 2012

Anulación del pensamiento crítico

Hoy los avances tecnológicos son indiscutibles. Todos los días se descubre algo nuevo que luego puede ser aplicado para la mejora de nuestra calidad de vida. Sin embargo, también es incuestionable el retroceso moral de nuestras sociedades. Las crisis económicas, el crimen organizado, las revoluciones sociales, matanzas y guerras cada vez más repetidas, son clara prueba de ello. ¿Por qué la gente acepta, permite, o participa de todo ésto? ¿Por qué los poderosos del mundo nos destruyen cada vez más rápido, y nadie hace nada? Eso se debe a que los individuos en general, decaen moral y éticamente. Se busca la destrucción sistemática del pensamiento crítico de las personas, para que sigan aceptando lo que los poderosos del mundo disponen, ya sea a través de políticas estatales, globales, religiosas, o la violación de derechos por parte de las grandes corporaciones multinacionales. Las personas, carentes de todo razonamiento propio, aceptan todo o casi todo, como ganado que va al matadero, sin saber que se dirigen a su propio final. Y ésto lo logran de tres formas.

La primera es la más simple: Necesidad. A través de la pobreza, la exclusión social, y las carencias de la mayoría de la población mundial. Alguien que se preocupa por lo que va a comer hoy o mañana, no va a tener muchas ganas ni tiempo de andar pensando qué esta mal en la sociedad.



La segunda: Comodidad y Consumismo. Los medios masivos de comunicación, que esparcen todo tipo de ideas contradictorias, y fantasías irrealizables. Nos meten un ideal de sociedad, consumista, que no tiene respeto por la vida ecológica, que compite continuamente con el otro por algo más de dinero, y que es "libre", porque puede votar una vez cada 2 años. La realidad es muy diferente a lo que la televisión muestra, pero aunque lo sabemos, la seguimos mirando, y lo peor, nuestros niños aprenden de ella más que de la escuela, porque justamente, los medios no exigen ningún esfuerzo personal, y alientan a que no los hagan. No vaya a ser que el sacrificio nos enseñe que no todo es fácil en la vida, y que hay que luchar por lo que queremos. Mejor aceptemos que mientras otros nos roban con la corrupción, nosotros tenderemos que trabajar cada día de nuestras vidas, sin poder hacer algo por cambiar un mundo cada vez peor, porque estamos muy ocupados tratando de llegar a ser éso que la TV, las revistas, y Facebook quiere que seamos. 


La tercera: Fanatismo. Es para aquellas personas que pueden sobrellevar los otros dos ataques, y que todavía tienen capacidad, y ganas, de pensar en los problemas sociales. Aquí la cosa es más sofisticada. Lo que se busca son ideologías simples, tildadas de "izquierda", "centro" o "derecha". Todas buscan lo mismo, el bien del hombre, pero todas a su vez se contradicen, y pretenden imponer la idea de que las demás están equivocadas. Muy similar al dominio que hacen las religiones institucionalizadas, y las sectas. Es decir, la persona que sigue alguna ideología, generalmente termina convirtiéndose en un fanático de sus propias ideas, y no solo se contenta con ellas, sino que se siente intelectualmente completo, y capacitado en temas de los que no necesariamente tiene idea. En un mundo donde todos tienen la razón, nadie la tiene. Entonces, en el cuadro más patético de todos, las personas que supuestamente buscan un mundo mejor, terminan peleando entre sí, pretendiendo imponer sus ideas unas a otras, y creando al final, un caos mayor.

Conclusión: ¡Anulación! Todo ésto logra que las personas tengan obliterado su razonamiento, y no puedan ver claramente cómo el mundo se cae literalmente a pedazos, mientras la mayoría sufre cada vez más apremios y necesidades, y una muy pequeña minoría, goza de los beneficios y del trabajo de todos nosotros. Ésa minoría pueden ser políticos, gerentes de grandes empresas, líderes militares y religiosos. Pero lo importante y grave, es que están donde están porque las masas ciegas los apoyan y se lo permiten. Mientras tanto, nuestros hijos nacen en un mundo con un futuro cada vez más incierto, y nuestros esfuerzos individuales por cuidar a nuestros niños no funcionan, justamente porque el esfuerzo debe ser grupal, social, global, y es lo que evitan denodadamente quienes pisan a la Humanidad. Cabe hacerse una sola pregunta: ¿cuándo reaccionaremos?

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